
Desorden y descontrol antes de 3 p.m. en Batalla de Flores, el gran lunar del desfile
La logística fue un fracaso total, pues decenas de personas invadieron el Cumbiódromo, la calzada se hizo angosta y los grupos sufrieron para poder desfilar.
Sin lugar a dudas, la Batalla de Flores terminó con un gran y penoso lunar: el desorden y el descontrol que reinó antes de las 3 de la tarde.
La logística del evento fracasó, pues decenas de personas invadieron el Cumbiódromo, la calzada se hizo angosta y los grupos sufrieron para poder desfilar.

Los hacedores eran acosados por asistentes que ya tenían un grado alto de excitación, tras consumir bebidas alcohólicas.
También la espuma y la maicena empezaron a invadir a los grupos y a dañar sus vestuarios.

Y lo peor del asunto es que no los dejaban bailar. Las coreografías eran interrumpidas en todo momento.
La invasión de asistentes era de varias cuadras. Un grupo grande en el bordillo y el resto de pie, encarando a los grupos.

Ni Carnaval SAS, ni los operadores de logística ni la Policía controlaron el desorden.
Por el contrario, la Policía se dedicaba más a interrumpir el trabajo de los periodistas, en vez de controlar la invasión que terminó en un descontrol total.
La Batalla de Flores arrancó temprano, con buen ritmo, pero terminó mal y ese fue su gran y penoso lunar.

